Banshee: un camino a la redención.

«No haber nacido es la mejor de las venturas, pero una vez nacido, lo mejor en segundo lugar es volverse cuanto antes allá, de donde uno es venido»
Sófocles, Edipo en Colono.

La primera vez que vi la serie de acción de Cinemax Banshee, no había leído nada sobre ella en internet, así que no sabía que esperar. Después de unos cuantos episodios, todavía no sabía que pensar de ella. Excepto por una cosa: me agradaba de manera instintiva. Me recordaba algo, pero aún no estaba seguro de que era. Después del final de la segunda temporada, las dudas se disiparon. Estos personajes estaban contando una historia muy antigua. El tipo de historia que te trae un anhelo inmemorial: el propósito de la vida y la eterna búsqueda de redención. Así que… es una tragedia griega moderna, pero no por completo.

La historia parece ser sencilla: después de quince años en prisión un ladrón busca a su amante -y cómplice- en un pequeño pueblo llamado Banshee, sólo para encontrarse con que ha comenzado una vida nueva, bajo un nombre distinto y con una familia propia. Por suerte (o se podría decir por el destino, un plan de los dioses) consigue la oportunidad de asumir otra identidad como el sheriff del pueblo, así que puede estar allí sin muchas explicaciones. Su pasado es incierto y su verdadero nombre permanece oculto a través de la serie. Las consecuencias de esta decisión trae destrozos a Banshee, mientras la historia se va revelando a través de muchos personajes (con sus pasados y motivaciones propias), relaciones difíciles y eventos violentos.

HoodReaper
Anthony Starr como Lucas Hood

Así que tenemos al Sheriff Lucas Hood, un personaje maldito que arrastra consigo caos, muerte y dolor. Pero es también el único capaz de enfrentarse a individuos peligrosos y crueles. El pueblo no es el responsable, son sus habitantes los que lo convierten en un lugar ominoso. Mientras la historia avanza, Hood lucha con su lado oscuro, convirtiéndose progresivamente en el «héroe». Pero que esto no te confunda, no hay redención allí, y no es éste el propósito de la serie. Es un personaje egoísta e imprudente, que causa mas daños que remiendos, no sólo a los otros, sino también a sí mismo. Cada acto tiene una consecuencia, y para este ex presidiario, es el infierno en la tierra.

ProctorFlames
Ulrich Thomsen como Kai Proctor, uno de los mejores «villanos» de la TV.

Banshee funciona bajo sus propias reglas. Es algo que amarás u odiarás. Tiene lo que se podría contar entre las mejores secuencias de acción de la TV, pero son extremadamente exageradas. Reúnen ese toque tarantinesco con lo mejor de las películas de acción de los 80’s y 90’s, incluso sacando provecho de sus clichés (por ejemplo, la inevitable toma del personaje alejándose en cámara lenta de una explosión). También recuerda un poco las más absurdas y entretenidas peleas a puño jamás filmadas (si quieres saber a qué me refiero, haz click aquí). Posee todo lo que un fanático del exploitation requiere: desde explícitas escenas de sexo hasta suficientes pistolas, sangre y huesos rotos para hacer ver a Rambo como un monaguillo. Así que una vez que aceptas sus reglas -la inverosimilitud en los resultados de algunas escenas-, te has anotado en una experiencia asombrosa. Si no fuese por el buen desarrollo de los personajes, sus luchas internas, la maravillosa dirección, producción, fotografía y edición, esta podría ser sólo una serie más de acción. Pero va mucho más allá.

Littlestone
Geno Segers como Chayton Littlestone, una actuación que dejara una huella perenne en tus retinas.

Ya he dicho que Banshee es una historia antigua, y parece que los escritores detrás de la serie están muy conscientes de ello. Tomaron ventaja de los estereotipos de cada personaje para hablar de temas complicados: racismo, moral, venganza, poder, religión, amor, justicia y problemas familiares (muy freudianos, por cierto), sólo por nombrar unos pocos. Si alguien te dijera que en esta serie solo encontrarás paletos fabricantes de metanfetaminas, indios americanos en bandas criminales -y mafiosos dueños de casinos-, un carnicero gángster ex amish, mafiosos ucranianos, un asesino profesional galés, varias femme fatales, un asesino en serie satanista, mercenarios, neo nazis vendedores de droga, militares corruptos y un idealista -y purista- indio Kinaho psicópata, podrías pensar que no vas a obtener nada más que disparos y tripas. Pero están muy bien escritos, trascienden sus «límites», lo suficiente para delinear varios asuntos con los que todos podemos sentirnos identificados, para bien o para mal. Si, puedes obtener un momento de reflexión o incluso mirarte en el espejo en cualquiera de estos personajes: son seres humanos. Lo que hace de esta serie una rareza, es el sutil balance entre el clásico sexo drogas y rock ‘n’ roll y las profundas (a veces hasta perturbadoras) emociones que se retratan.

NewOrleans
Un ejemplo de la fotografía de la serie, esta vez en Nueva Orleans.

He mencionado la dirección y la edición, también la fotografía de la serie. Son tan importantes como los personajes. Las escenas en Nueva York, con sus tonos ocres y metálicos, pasando por Banshee, con sus tonos azules y verdes bucólicos, hasta el barroso tinte verde de Luisiana (que nada tiene que envidiarle a la primera temporada de True Detective) son verdaderas obras de arte visual. Las constantes y muy bien editadas analepsis (flashbacks) dentro de los episodios hacen del pasado de cada personaje una cacería de pistas -sin decepcionar o jugar con el espectador, simplemente sumiéndolo en el misterio- y justifican lo que de otra manera serían acciones sin sentido en una ya de por sí exagerada historia. Las coreografías en las peleas, los efectos especiales y niveles de posproducción son excelentes. Así como el sonido y la música, que añaden a la serie una atmósfera única. No mencionar estos hechos sería despreciar buena parte de lo que hace a Banshee genial. Sería un crimen, digamos…

Job
Hoon Lee como Job, un hacker insuperable.

Se dice que todo está escrito y que no hay nada nuevo sobre esta tierra. Puede que sea cierto. Por lo que has leído hasta ahora, Banshee toma referencia y hasta rinde homenaje a muchas películas, géneros e historias. Pero lo que hace de esta serie otro clásico -en lo que insisten en llamar la era dorada de la televisión-, es el viaje en el que te embarcas con todos esos elementos reunidos en una nueva y refrescante fórmula. El héroe no es tu héroe promedio, pero tapoco es uno extraño. Lo amarás y lo odiarás, reirás y sufrirás con él. Y obtendrás la misma intensidad de emociones de cada personaje en su alucinante reparto. Te encontrarás cuestionándote si te deberías sentir bien o mal ante ciertas situaciones. Y hacia el final, entenderás por qué dije que es como una tragedia griega, pero no por completo. En las tragedias griegas siempre está presente el tema de la responsabilidad moral de un individuo sobre su destino. Y en Banshee, ellos pagan por sus acciones, y de qué manera… Como indica el título de uno de sus episodios, ellos saben que la vida real es la pesadilla (real life is the nightmare). Pero no son como Edipo, víctima de los dioses, asesino incestuoso «por error». Ellos son sus propios dioses, y eso les da una ventaja: la de escapar al destino. Al menos algunos de ellos la tienen, dependiendo de los pecados, el choque entre trayectorias y la voluntad de afrontar una segunda oportunidad con ahínco. El conjunto de sus acciones y  debilidades son su propia parca. No, no son como Edipo, no pueden regresar. Si lo intentan, todo se vuelve peor. La redención viene de seguir adelante, tratando de mejorar, de evolucionar, de nunca dejar que los sentimientos de culpa los ahoguen. También de la ayuda que se dan unos a otros, de los pequeños gestos que terminan por salvar una vida. El Día del Juicio llegará, y ellos lo saben, pero seguirán intentando solucionarlo, luchando hasta su último aliento. Y eso, estimados, es una oda a la vida. Algo raro de encontrar en Banshee ¿no?

«Somos convictos, nos hicieron creer que pagas por tus pecados estando encerrado… pero quizás el camino a la redención no es esconderse en una montaña, quizás, es elegir otro camino, aquí abajo, con el resto de nosotros».

Sugar Bates.

SugarandHood
Frankie Faison como Sugar Bates, la -divertida- voz de la sabiduría en la serie.

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